En su texto “Las limitaciones del método comparativo de la antropología”, Boas expone los avances en el campo de la antropología y, frente a los desafíos que se imponen al método empleado tradicionalmente por los antropólogos, fundamenta las bases de un nuevo método, que el autor denomina “método histórico”. A continuación nos referiremos, en primer lugar, a los supuestos y los criterios metodológicos de la antropología decimonónica y presentaremos las críticas de Boas a los mismos. En segundo lugar, desarrollaremos acerca de la renovación metodológica y teórica emprendida por este autor para la investigación en el campo de la antropología.
La antropología – afirma Boas – ha descubierto el hecho de que las sociedades humanas presentan muchos rasgos fundamentales en común en lo que respecta a sus formas, sus opiniones y acciones, a pesar de haberse desarrollado en lugares muy diversos. Ejemplos de esto son los inventos del fuego y el arco, características elementales de la estructura gramatical, la idea de una vida futura, entre otros. Esto sugiere, entonces, que hay leyes que gobiernan el crecimiento de la cultura. Frente a ellas, la investigación científica se pregunta acerca de su origen y su afirmación en las diferentes culturas, siendo que estas ideas universales no existen en todos los lugares de manera idéntica sino que varían.
La antropología precedente a la renovación teórica de Boas perseguía el objetivo de descubrir las leyes y la historia de la evolución humana, partiendo del principio de que habría un gran sistema uniforme según el cual la humanidad se desarrolla. Por lo tanto, se estudiaban estos fenómenos a partir del supuesto de que el mismo fenómeno etnológico se habría desarrollado de la misma manera en todos los lugares, en otras palabras, que fenómenos similares que ocurren sistemáticamente en gran cantidad de culturas se deben a las mismas causas (ambientales o psicológicas). Así, el método de investigación consistía en comparar los fenómenos culturales similares de varias partes del mundo, observando las variaciones bajo las cuales dichas creencias o costumbres ocurren y hallar la causa ambiental o psicológica subyacente, para descubrir la historia uniforme de su desarrollo.
Boas argumenta, en contra de los supuestos básicos que llevan al uso del método comparativo, que los mismos fenómenos pueden desarrollarse de muchas maneras. Es decir, el mismo fenómeno recurrente a través de una gran cantidad de culturas puede tener distinto origen en cada una de ellas. Por lo tanto, se desvirtúa el supuesto de que los mismos fenómenos se deben a las mismas causas. Algunas de las evidencias expuestas por Boas para argumentar su posición son las siguientes: Un fenómeno recurrente en las tribus primitivas es la división en clanes totémicos. Sin embargo, la sociedad totémica no se desarrolló en todos los lugares del mismo modo. Los clanes pueden originarse por asociación de clases independientes (como es el caso de los tótems navajos), o, también, por división, a partir de la desintegración de tribus crecientes. Otro fenómeno que se encuentra en gran cantidad de pueblos es el uso de máscaras. Nuevamente, las razones de su uso son diversas: para actuaciones teatrales, para engañar a los espíritus sobre la identidad de quien las lleva, para conmemoraciones.
Una vez que estos hechos no favorecen las suposiciones acerca de la evolución uniforme de las culturas, Boas propone un nuevo método para descubrir las leyes que gobiernan el crecimiento de la cultura humana, al cual denominará “método histórico”. El objetivo de la investigación antropológica, tal como lo propone Boas, es el de hallar los procesos a partir de los cuales se han desarrollados ciertas etapas de la cultura. El nuevo método es expuesto por el autor en los siguientes términos: