Recientemente, he entrevistado a Hugo Aceves en mi canal de YouTube. Hugo es mexicano, de Guadalajara, y es profesor en línea de inglés y español. Hugo viaja por el mundo desde los veinte años, un verdadero trotamundos. Ha vivido en diferentes países, como Estados Unidos, Alemania, España, Serbia, Bosnia y Herzegovina, Albania, Bulgaria, entre muchos otros. Actualmente, está en Georgia, ¡pero no sabemos hasta cuando!
Invité a Hugo al canal porque quería que nos cuente su historia y lo que ha aprendido, tanto sobre las culturas de esos países, como de su propia cultura, durante todos estos años viviendo en el extranjero.
Y es que es difícil darnos cuenta de las características de nuestra propia cultura hasta que nos encontramos con otra que es muy diferente. La cultura es ese conjunto de creencias, modos de comportarse, valores, conceptos acerca de lo que es adecuado o no, que adquirimos del entorno en el que nacemos y nos criamos. Ya lo dijo, en palabras más elegantes, el escritor Somerset Maugham:
“Pues hombres y mujeres no son ellos mismos; son también la región donde nacieron, el departamento o la granja donde aprendieron a caminar, los juegos que jugaron cuando niños, las escuelas que frecuentaron, los cuentos que escucharon de los ancianos, las comidas que los alimentaron, los deportes que practicaron, los poetas que recitaron y el Dios en quien creyeron. Estas cosas, por siglos, han hecho de las personas lo que son”.
Muchas veces, conocer una nueva cultura implica aprender más sobre nuestra propia cultura, sobre los supuestos básicos desde los cuales calibramos el mundo.
En ese sentido, le pregunté a Hugo por los desafíos en cuanto a la comunicación intercultural que ha tenido viviendo en otras culturas y a partir de esto fuimos hablando de las características de la cultura mexicana.
En este post, te traigo un resumen de nuestra conversación. Vale aclarar que la cultura es dinámica e intangible. No es un objeto que se pueda describir de manera objetiva. Dentro de un mismo país hay muchas subculturas, muchas variaciones que pueden depender de la región, la generación, la clase social, la religión, y un largo etcétera. Sin embargo, es útil llegar a un país teniendo alguna que otra idea de cómo comportarnos, cómo comunicarnos, conocer un poco acerca de las costumbres, el manejo del tiempo… para no sentirnos tan perdidos y adaptarnos con más facilidad.