Milton Bennett establece diferencias entre dos conceptos que se suelen confundir o emplear como sinónimos: el estereotipo y la generalización.
Estereotipo
Los estereotipos surgen cuando actuamos como si todos y cada uno de los miembros de una cultura o un grupo compartieran exactamente las mismas características. Los estereotipos pueden ser tanto positivos, como negativos.
Por ejemplo, si alguien dice que “todos los alemanes son puntuales” y la puntualidad es una característica que ese observador admira, estamos hablando de un estereotipo positivo. Si, por el contrario, se trata de una característica que el observador rechaza, será un estereotipo negativo.
Tanto los estereotipos negativos como los positivos son problemáticos en las comunicaciones interculturales. Milton Bennett afirma que los estereotipos pueden darnos una falsa sensación de comprensión de nuestros compañeros de comunicación, ya que, por lo general, solo son parcialmente correctos.
Además, de acuerdo con el autor, los estereotipos pueden convertirse en profecías autocumplidas, puesto que nos conducen a observar en los demás apenas aquellos detalles que confirman el estereotipo (prejuicio).
Generalización
Los estereotipos son rígidos, absolutos y no se modifican con la experiencia. En contraste, las generalizaciones son hipótesis tentativas de trabajo que deben ponerse a prueba en cada caso. A veces funcionan bien, a veces necesitan ser modificadas y a veces no se aplican en absoluto al caso en particular.
Por ejemplo, si bien es apropiado generalizar que los estadounidenses de EE. UU. como grupo son más individualistas que los japoneses, es un estereotipo suponer que todos los estadounidenses son fuertemente individualistas; la persona con la que te estás comunicando puede ser un divergente.
Los estereotipos, en su carácter rígido y absoluto, suelen funcionar en este sentido: si algunos miembros del grupo o la cultura no se encajan en el estereotipo, significa que no son parte del grupo o de la cultura.
Las generalizaciones, por el contrario, en su carácter de conjetura, son flexibles y permiten la incorporación de nueva información cultural. Las generalizaciones son una parte necesaria de la comunicación intercultural, ya que pueden ayudar a anticipar, ordenar y dar sentido a nueva información y sensaciones que experimentamos en situaciones interculturales.